Los expertos hablan ya de la nueva economía de la reputación, una definición que acuñan como resultado de la "crisis de confianza" que han sufrido las empresas ante el incremento de sus beneficios en los últimos años, en relación a su compromiso social con su entorno.
Ahora, la necesidad de mantener una reputación buena y una relación óptima con los stakeholders, es decir, con los públicos de interés de la organización, ha hecho que los directivos españoles se den cuenta de que la confianza de los clientes y consumidores en sus empresas, es un aspecto influyente en la recuperación económica y, como consecuencia de ello, estén apostando por recuperar la credibilidad perdida.
Por eso, las políticas y acciones de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), junto a la gestión de la reputación, tienen hoy un peso significativo en las estrategias empresariales.
Las principales corporaciones de nuestro país como Repsol, Telefónica, Gas Natural, El Corte Inglés, el BBVA, Danone o Meliá, se han unido en el grupo "Corporate Excellence - Center for Reputation Leadership", un laboratorio de ideas desde el que promueven la gestión de sus marcas y su reputación corporativa como valores estratégicos para la excelencia empresarial.
Estas empresas pueden medir los resultados de los proyectos de responsabilidad social que desarrollan a través de distintas herramientas de gestión y control interno que analizan si dichos proyectos tienen un impacto positivo en sus ámbitos de aplicación.
¿Pero puede una PYME gestionar su marca y su reputación corporativa?
Salvando algunas distancias, sobre todo las referidas a los grandes números, las PYMES no dejan de ser negocios con una organización particular para cumplir los objetivos planteados. Cada una tiene su estructura y su método de trabajo pero todas necesitan relacionarse con su mercado para lograr esos objetivos.
La irrupción de Internet, el Marketing Online y las Redes Sociales han facilitado la comunicación de las pequeñas marcas en su entorno más y menos cercano. Algunas apuestan ya por las webs 2.0. y tienen perfiles en las principales redes sociales para generar un clima de confianza con sus públicos, esto es, consiguen entablar una relación de proximidad que las permite detectar los gustos, necesidades y expectativas de sus consumidores. Así, una buena relción con los stakeholders genera una buena reputación a la marca y a la empresa.
Esta confianza también se gana o se recupera mediante la participación de la empresa en acciones socialmente responsables hacia el entorno que la rodea.
La RSC engloba una serie de prácticas que cualquier empresa puede realizar: por una parte, aquellas que tienen que ver con su funcionamiento interno, como tratar bien a sus empleados y, por otra, las que tienen un impacto positivo en la sociedad a través de proyectos de voluntariado, cooperación, medio ambiente, etc.
Estas últimas, pueden llevarse a cabo desde la propia organización, a través de proyectos propios, o promoviendo actividades con otras entidades y colectivos, como Fundaciones o Asociaciones que ya desarrollan una tarea social. El Patrocino, es por tanto, un instrumento de cooperación que favorece el Compromiso Social en la empresa.
En definitiva, cualquier PYME tiene hoy en su mano la posibilidad de adquirir o recuperar su reputación gracias a una gestión eficaz de la Responsabilidad Social Corporativa y a una política de comunicación y proyección de la marca, dentro de su estrategia empresarial.